martes, 20 de diciembre de 2016

GONZALO MOURE: EN UN BOSQUE DE HOJA CADUCA

Lo que distingue a un niño del resto es esa inocente capacidad de sorprenderse por cada cosa que descubre... La vida es un continuo aprendizaje, y es lógico pensar que aprendemos lo que desconocemos. Hay personas que al hacerse mayor creen conocerlo todo y no se dan cuenta de que la inocente incapacidad de sorprenderse, les ha convertido en ingenuos... ya no encuentran en su mirada la realidad convertida en fantasía... Si Pulgarcito conociera el camino, no tiraría migas de pan...





 "A veces me cuesta recordar lo que sentía cuando era niña"...

"En un bosque de hoja caduca" Gonzalo Moure recuerda la última infancia de Lucía (O Luchinia Kuisí) con la pasión del que sabe sorprenderse en cada detalle, con la ilusión de abrir ventanas para que el lector se asome por ellas acompañado de sus sentimientos... la perdida irremediable de la niñez que se va quedando en cada huella y la muerte que aparece en el horizonte que se acerca, es para Gonzalo, por inevitable, tan natural como sentir que cada ser tiene su espacio, su suerte, su vida, su muerte...
"No duele la muerte, que no es nada para la vida tan grande, duele la ausencia..."
Y junto a Lucía nos paseamos siseando sobre las hojas de aquel Bosque en la que descubrió, junto a una familia de ruiseñores, las fronteras de su vida... aprendió, como decía su abuela, "lo que no sobra" lo que en el viaje de la eternidad perdura.

"El mundo es un bosque de almas caducas. almas que caen dulcemente en el otoño y alfombran el suelo de la memoria"

 Y en la certeza de que la naturaleza es libre en sus decisiones, buscamos el lugar en donde construir nuestros sueños y como Lucía, abrimos muestro futuro con la puerta del amor... atrás queda la niñez, que no la niña, porque el recuerdo vive hoy...

"Es hermoso, es una historia del bosque, del bosque de Senda, de todos los bosques. Una historia sin historia porque los animales no tienen pasado: son:" 

El que quiera volver a ser niño y dejarse arrebatar de esta realidad, por los brazos de la fantasía, que se adentre con Luchinia en este bosque de hoja caduca, con Tsipi, con Maestro... consigo mismo.

"Lo vivido y lo soñado en la infancia tiene en el recuerdo el camino para recuperarlo, y en la escritura, el medio para transmitirlo"

Gonzalo Moure dibuja con sus palabras un mundo de emociones.

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